04 Mar Descubriendo el camino
Después de haber pasado cuatro días en un retiro en silencio practicando mindfulness y yoga, recibes un mensaje whatsapp de agradecimiento y cariño de alguien a quien no has tenido tiempo de conocer en esos días y nunca habías visto antes. Sin apenas hablar, sin mensajes, sin discusiones anteriores y sin ser consciente de haberlo ayudado durante este tiempo.
Solamente compartiendo el silencio y observando – en un entorno magnífico e idílico – durante cuatro intensos días puedo asegurar que uno es capaz de conocer a otras personas, de adivinar lo que les gusta, lo que les molesta, de acompañarles en su breve camino conviviendo cercanamente con sus buenos y malos momentos.
Creo mucho más en las causalidades que en las casualidades y es por lo que en estos momentos no he dudado en aprovechar estos cuatro días para cultivar, mediante la práctica de la meditación, las semillas que me están permitiendo descubrir paso a paso mi camino.
Semillas como la confianza, la concentración, la amabilidad, el agradecimiento, el perdón, el respeto y la atención consciente, necesitan redescubrirse constantemente en nuestro interior para poder cuidarlas y que se conviertan en las coordenadas constantes de nuestro camino.
Semillas que se pierden si no se cultivan y que si no se tienen no nos permiten avanzar en ningún sentido ni como personas, ni como organizaciones ni como sociedad.
Hace ya unos meses que inicié este nuevo camino que me ha permitido recuperar por un lado la libertad – personal y profesional- , y por otro ha disparado exponencialmente la incertidumbre. Al tomar la decisión sabía que iba a ser un camino largo, sin etapas ni fases definidas, con días inspiradores, de buenas noticias y otros con más dificultades. Con personas que llegan y otras que se van. Sin una ruta marcada como lo había sido desde mis inicios como profesional. Sin un fin claro ni definido a priori.
Pero he de confesar que está siendo un viaje apasionante donde los objetivos y las metas no son tan prioritarios como el propósito que me ha llevado hasta aquí, y que me da las fuerzas día tras día para seguir descubriendo el camino. Mi camino.
Un propósito que nos da la energía para ir explorando poco a poco todo lo que nos vamos encontrando al andar y, que desde ya hace algún tiempo, me dirige hacia el desarrollo de las organizaciones para que consigan sus desafíos, desde diferentes posiciones y aportando mi experiencia, pero siempre con las personas como protagonistas.
Descubriendo el camino en cada semana, dando la bienvenida a nuevas personas con las que basta a veces una mirada, un café o pocas palabras para saber que comparten tu propósito y me van a acompañar por lo que soy. Sin compromiso, y sin importar ni lo que fui ni la duración del viaje.
Confirmando y agradeciendo día a día a las personas que siempre han estado y que no imagino mi camino sin ellas.
Y agradeciendo siempre lo aprendido y compartido con las personas que deciden marchar y seguir otros caminos.
Lo único que tengo claro es que la meta – mi meta- está precisamente en disfrutar descubriendo el nuevo camino con todo aquel que me quiera acompañar y sin volver la vista atrás.
Para finalizar estas reflexiones, comparto con vosotros un precioso poema que me han regalado este fin de semana y que espero os sirva de inspiración.
Y nos vemos pronto en el camino liderando nuestros desafíos!!
#Caminantenohaycamino #Situcambiastodocambia #Personas&Innovacion&Procesos #LiderandoDesafios
Todo te está esperando (Poema de David Whyte)
Tu gran error es actuar el drama
como si estuvieras solo.
Como si la vida fuera un crimen astuto y progresivo
sin ser testigo de las pequeñas y ocultas transgresiones.
Sentirse abandonado es negar
la intimidad de todo lo que nos rodea.
Seguramente, incluso tu, a veces,
has podido sentir toda la gran gama;
la presencia expansiva, y el coro que desplaza
tu voz de solista
te has dado cuenta de cómo la jabonera te permite,
y el pestillo de la ventana te otorga libertad.
El estar alerta es la disciplina oculta de la familiaridad.
Las escaleras son tu maestro de las cosas
que están por venir,
las puertas siempre han estado allí
para asustarte y a la vez invitarte
y el pequeño altavoz en el teléfono
es tu escalera de ensueño hacia la divinidad.
Deja el peso de tu soledad y permítete entrar
a la conversación. La tetera está cantando
aun cuando te vierte el agua, las ollas en la cocina
han dejado su indiferencia arrogante y
por fin han podido ver lo bueno en ti.
Todas las aves y criaturas del mundo
son indescriptiblemente tal cual son.
¡Todos te están esperando!
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