12 Oct ¿El «por qué» del «para qué»?
Después de tantos meses intensos llenos de incertidumbre, pandemia, ilusiones, crisis, nuevos desafíos y nuevos compañeros de viajes me apetece mucho compartir la reflexión de lo necesario que es preguntarnos el para qué en todos los ámbitos de nuestras vidas.
Tras los acontecimientos vividos en los últimos meses y con el impacto que nos está generando en múltiples facetas de nuestras vidas, cada vez veo más claro la polarización de los que se centran en los «por qué» nos ha tocado vivirlo, buscar los responsables, las causas y las soluciones, y los que se plantean el «para qué» nos esta pasando todo esto.
El «por qué» nos lleva siempre al origen o lo que pensamos que es el origen, a enfocarnos en buscar las razones a veces inexplicables, en buscar culpables de todo lo que acontece en nuestras vidas. Es sencillo, lo tenemos por la mano, y a menudo nos focaliza siempre en nuestro exterior. Nos lleva a reaccionar, a atacar, a defendernos, a comportarnos racionalmente en un mundo completamente irracional y descompensado emocionalmente. O simplemente porque tenemos razón o creemos tenerla, y con ello somos manipulados. No nos damos cuenta que por ejemplo, la inteligencia artificial y el mundo de los datos y la tecnología dan solución más rápido al descubrimiento y respuesta tanto de las causas como los orígenes. Y lamentablemente el «por qué» solo ya no nos puede indicar el camino de nuestro futuro.
Me ha costado muchos años, errores y algunas horas de meditación el tener la valentía de mirarme al espejo y hacerme la pregunta del «para qué» . Os invito a probarlo sólos o con ayuda. En mi caso, mis pensamientos me llevaban rápidamente y sin quererlo al «por qué», a lo sencillo e inmediato, y es cuando se empiezan a generar emociones de desconcierto y evasión.
Para poder encontrar el «para qué» hay que perderse primero. Os lo aseguro, es necesario. Y no tenemos que fijarnos en grandes metas o retos, sino empezar por la intención del momento, de la conversación, de la acción que vamos a llevar a cabo. Observar, escuchar y dejar fluir sin dejar de pensar en nuestro propósito y actuando con nuestros valores.
El «para qué» me da respuesta a mi propósito vital como profesional, emprendedor, directivo, socio, pareja, padre, hermano, hijo, amigo… A nuestra razón de existir como persona para relacionarme con otras con el mismo propósito aún cuando el viento y las adversidades jueguen en contra.
«El propósito o el «para qué» es el punto de luz interior, nos proporciona una fuente constante de energía positiva, de crecimiento personal, y nuestros valores son los canales para conseguirlo»
Para liderar nuevos desafíos y que éstos se conviertan en sostenibles, necesitamos tener presente y preguntarnos siempre el «para que» lo vamos a hacer. Las respuestas nos indicarán el cuando, como y con quién. Es sencillo.
Si tuviese que enumerar los ingredientes fundamentales que me ayudan día a día a descubrir mis «para qué» en este convulso año serían éstos:
- Agradecer sin límite mirando siempre a los ojos
- Identificar y eliminar las personas y energías negativas de tu vida
- Buscar incansablemente a aquell@s que compartan tu propósito
- Confíar siempre en los que te quieren
- Ofrecer tu apoyo y tus acuerdos a tod@s los que lo necesiten
- Poner en valor los «porqué» siempre que tengan un «para qué»
- Perdonar, empezando por uno mismo, con o sin «porqué»
- Prestar mucha atención a tus sueños
Lanzar con éxito la nueva empresa @HrAgileInstitute, posicionar su marca en menos de un año y ser reconocido junto con tus socios profesionalmente, es difícil conseguirlo sin tener claro el propósito.
Asumir el desafío de diseñar, crear y lanzar un nuevo proyecto como @MatchTrial con equipos multigeneracionales diferentes reconectando con el mundo tecnológico y en un sector desconocido, tampoco se alcanza sin un «para qué» claro y compartido.
Ayudar a las organizaciones a conseguir su propósito, liderando sus desafíos con la mejora de la salud y el bienestar de las personas. Este es mi «para qué» y lo que me hace disfrutar de lo que hago.
Os invito a que al menos una vez al día, nos preguntemos y reflexionemos por la intención o el «para qué» de nuestras acciones y reacciones. No os imagináis lo que podéis llegar a conseguir.
Mucha salud y un fuerte abrazo!
«El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.» Marcel Proust
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